¡Te hemos pillado tramposo!

Preámbulo

Mi cuaderno de viaje

Hay quien piensa que una parte de nosotros se queda allá por donde vamos, y es quizás por eso que me siento tan extraño. Esta mañana, después de atravesar los Órganos de Montoro, he querido recorrer el camino que lleva al nacimiento del río Pitarque. Estaba llegando al final cuando me he encontrado con dos turistas. Al verme se han quedado pálidos, como si hubiesen visto un fantasma. Y, mirándome con extrañeza, me han dicho: “Se parece muchísimo a Jose Antonio Labordeta, ¡parece su viva estampa!”. Y yo no he podido sino responderles: “Es que soy Labordeta.” Entonces se han mirado con una sonrisa de incredulidad y cierto sarcasmo y, tras un ¡Venga ya! a modo de despedida, han proseguido su camino.

No me han dado tiempo a explicarles que sentía ganas de volver a recorrer estas maravillosas tierras, y a degustar sus sabrosas recetas que se remontan, algunas de ellas, a la época de los templarios. Así que me he propuesto regresar sobre los pasos que di cuando rodé el primer capítulo de “Un país en la mochila”. Guardaba con especial cariño este trozo del camino, que me pareció en su día lleno de una increíble belleza y verdad, un verdadero milagro para los sentidos y el alma, sobre todo en primavera. Y así perdura. ¿Quieres acompañarme?

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