Villarroya extiende su caserío hasta el arroyo que sirve de origen al Guadalope. El casco urbano de esta localidad, donde se enseñorea la piedra, parece consolidado en el siglo XVI, y vemos que los portalones de las casas están coronados con escudos antiguos e inscripciones. Durante la edad Media fue señorío de la Orden Militar de San Juan de Jerusalén, al ser donada el año 1190 por Alfonso II a esta orden, hasta el siglo XIX, formaba parte de la Bailía y Encomienda Hospitalaria de Aliaga junto con Fortanete y Pitarque. Significativa en la historia de Villarroya es la declaración de Conjunto Histórico-Artístico en 1982. Es otro de los conjuntos que cuentan con el reconocimiento de Bien de Interés Cultural, dentro del Maestrazgo. El pueblo aparece dominado por la silueta del campanario almenado, que alejado de la iglesia se encuentra en la parte superior del pueblo. La iglesia parroquial, tiene la condición de Bien de Interés Cultural y es un complejo edificio, parte del cual está datado en época bajomedieval. El ayuntamiento, se sitúa sobre el propio trazado de la muralla y la que fue una de sus puertas; la arquitectura civil es de calidad, con abundantes detalles formales, sin embargo destacan la casa Peña y la casa Carreras, obras barrocas de carácter más clasicista que el de otros palacios del Maestrazgo. El término está cubierto de masías, entre las que no falta algún ejemplo fortificado, de gran interés, en dirección al nacimiento del río Guadalope.
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